Me queda una semana escasa para irme de vacaciones. Afortunadamente, este año llego a ellas casi sin heridas de guerra; el año pasado fue tan duro que no lo quiero ni recordar, pero como todo en esta vida, esa experiencia puede convertirse ( y así fue) en un aprendizaje. Esta año no me puede la impaciencia, contando las horas y los minutos para salir huyendo de la rutina, ni me falta el aire solo de pensar que todavía me quedan unas semanas de trabajo. Este año no. Este año es diferente. Este año recojo el fruto de lo sembrado. Recojo más paciencia para mi vida y más positividad. Sí, es increíble pero la positividad se entrena, trust me ! Recojo paz para mi vida, y más slow life , dónde disfrutar de muchas otras cosas que antes me pasaban desapercibidas. Todo esto que recojo es el resultado de un trabajo personal diario para ser más feliz. Parece que todos esos cambios de hábitos que inicié, dan su resultado si eres perseverante y no tiras las toalla. Pues bien,...
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