El Masala Tea o, como lo conocemos aquí, Chai Tea, es una de mis bebidas favoritas. Más allá de lo rico que está, es interesante saber que hay detrás de esa explosión de sabores que calienta mente y cuerpo.
Por si alguien lo desconoce, el Masala, es originario de la India. En la India se puede encontrar fácilmente, de hecho, existen los Chai Wallants, que son vendedores callejeros de té y están por todo el país. La receta puede variar un poco dependiendo de la quién la haga. La que encontrareis proximamente en el blog, es una receta que aprendimos en Tailandia, gracias a una magnifica Chef que conocimos y con la que estuvimos elaborando varios platos durante una visita a Pai.
¿Qué nos aporta el té chai?
El chai contiene una mezcla de especias con propiedades muy interesantes para el organismo.
Jengibre: El jengibre es un rizoma amarillo, de sabor ligeramente picante. Hoy en día, se puede encontrar fácilmente en muchos supermercados y fruterías. Es rico en cierto tipo de fitonutrientes, los gingeroles, que presentan propiedades tanto anti-inflamatorias como anti-bacterianas.
Es un buen aliado contra los mareos y las náuseas, e incluso, los dolores de cabeza. En varios países, el uso del jengibre esta tan extendido como en España el uso del ajo; se utiliza en la mayoría de las recetas.
Canela: La canela es una especia procedente de la corteza de un árbol tropical. Ha sido usado habitualmente en la antigüedad como medicina en países como la India y China. La canela es muy aromática y aportara un sabor dulce a lo que cocinemos pero tiene una interesante propiedad, y es que a pesar de ser dulce, ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre. En la medicina tradicional china se utilizaba por su capacidad de “calentar” el organismo. La más apreciada y conocida es la canela ceilandesa, procedente de Sri Lanka.
Cardamomo: El cardamomo quizá sea la menos conocido de las especias usadas en esta receta. Estas semillas provienen de un arbusto que recibe el mismo nombre que sus semillas y es originario de la India. El cardamomo tiene un sabor muy particular y un aroma único muy refrescante, algunos la consideran la “reina de la especias”. Los aceites volátiles presentes en él, son atiespasmódicos y antiinflamatorios. Ayuda a mejorar la digestión y pueden calmar el intestino. Hay diversos estudios que demuestren que el cineol, presente en el cardamomo, ayuda a proteger el sistema cardiovascular disminuyendo la presión arterial.
Pimienta Negra y clavo: ambas son conocidas y utilizadas en nuestra cocina occidental. La pimienta negra es la reina de las especias, y la que proviene de la India, es considerada de calidad superior por su alto contenido en piperina, compuesto que estimula las papilas gustativas y la secreción de enzimas necesarias para la digestión. El clavo proviene de la flor de una árbol perenne. El aceite de clavo puede calmar el dolor dental, y es bueno combatiendo infecciones, ya que al parecer, según diversos estudios, el eugenol, presente en el clavo, es efectivo inhibiendo el crecimiento de numerosas bacterias.
Anís estrellado: con una característico sabor a regaliz, contiene anetol, un conocido antioxidante. Es un buen expectorante y ayuda también con la digestión, entre otras cosas.
Como todo, las propiedades de las especias, su aroma y sabor, dependerá de la calidad y procedencias de éstas. Yo suelo aprovechar mis viajes para comprar este tipo de condimentos y tengo un buen surtido de ellas que provienen, mayoritariamente, de Asia.
Tengo tooodo un cajón repleto de pequeños tesoros como pimienta de Camboya y hojas secas de curry de la India….
Ultimamente en casa siempre hay un botella de cristal con chai listo para tomar, solo hay que añadirle la leche. Para mi, el chai, casi casi es un elixir, me reconforta, me aporta una agradable sensación de calor (es genial porque yo soy bastante friolera) y siento que me da un cierto empuje y “levanta” mi estado de ánimo.
Y vosotros, ¿habéis probado el té chai? ¿os animáis a hacerlo en casa?
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